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pejo de un indestructible universo—es indestructible, sino el animal mismo, aunque su Máquina perezca a menudo en parte y reciba o abandone orgánicos despojos.

78. Estos principios me han proporcionado la manera de explicar naturalmente la unión o la conformidad del alma y del cuerpo orgánico. Sigue el alma sus propias leyes y el cuerpo también las suyas propias, y se encuentran en virtud de la armonía preestablecida entre todas las substancias, puesto que todas son las representaciones de un mismo universo. (§ 340, 352, 353 y 358.) 79. Las almas obran según las leyes de las causas finales, por apeticiones, fines y medios. Los cuerpos obran según las leyes de las causas eficientes o movimientos. Y ambos reinos, el de las causas eficientes y el de las causas finales, son armónicos entre sí.

MONADOLOGIA 80. Descartes ha reconocido que las almas no pueden dar fuerza a los cuerpos porque hay siempre en la materia la misma cantidad de fuerza.

Sin embargo, ha creído que el alma podía cambiar la dirección de los cuerpos. Pero es porque en su tiempo no se conocía aún la ley de la naturaleza, según la cual se conserva la misma dirección total en la materia. Si Descartes la hubiese advertido, hubiera venido a parar a mi Sistema de la Armonía preestablecida. (§ 32, 59, 60, 61, 62, 66, 345, 346 y ss., 354 y 355.) 81 Este Sistema hace que los cuerpos obren como si por imposible no hubiese Almas, y que