en el marco de la literatura argentina, remite inmediatamente a escritores del siglo XIX y primeros años del siglo XX que practicaron "fugazmente" el género, cuyas “incursiones” no tuvieron continuidad y no llegaron a constituir una tradición. Es probable que Jorge Rivera, al referirse a ‘esa "incursión relativamente fugaz" (que duró unos veinte años), no incluyera la crítica de Borges o sus actividades editoriales. En este sentido podría comprenderse la tesis no reversible antes mencionada: basta pensar en las antologias y en "El séptimo círculo” para valorar las contribuciones de Borges en la historia argentina del género; la presencia del policial en su narrativa sería, en cambio, menos relevante. Esta tesis, sin embargo, tiene la desventaja de requerir dos Borges divergentes: por un lado, un Borges que lee constantemente ficciones policiales, que durante los primeros catorce años de la revista es el único colaborador de Sur que se ocupa del género, que escribe más de treinta textos críticos sobre el policial, que polemiza sobre el género“, que compila dos antologías, que durante diez años dirige una colección de novelas policiales y, por otro lado, un Borges que escribe unos pocos relatos policiales, o incluso, unos pocos relatos policiales‘ “que trascienden lo meramente policial”. Deberíamos suponer que Borges poseía dos personalidades, una como lector y otra como escritor, lo cual es especialmente insostenible en su caso ya que, como sabemos, Borges escribia lo que leia. Borges solía afirmar que todo lo que él había escrito ya figuraba en escritores como Poe, Chesterton, Stevenson y algunos otros. Cuando hablaba sobre el género policial, nombraba a estos mismos escritores. La crítica ha señalado muchas veces que los textos críticos borgeanos, la colección "El séptimo círculo", las antologías de relatos policiales y la Antología dela literatura fantástica fueron operaciones a través de las cuales Borges formó un nuevo público apropiado para su literatura. Pero si en su literatura el género fue una ”incursión relativamente fugaz”, deberíamos suponer que durante veinte años Borges siguió una estrategia inútil. En este sentido, Borges puede ser tomado como una especie de experimento crucial para evaluar los resultados que producen una concepción restricta y una concepción amplia del género policial. Lo que para la primera es problemático, para la segunda no lo es: mientras una concepción restricta debe suponerque Borges llevó, inverosimilmente, una especie de doble vida literaria, una concepción amplia del género policial sólo ve, en la relación entre Borges y el género,‘ una historia simple y coherente. 29 tiempo, ‘emplea el término "precursor" que, cuando hablamos del género policial
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