Página:Literatura policial en la Argentina. Waleis, Borges, Saer.djvu/57

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enfermedad incurable (la monomanía): ella no era el sujeto de sus actos sino el objeto d-e la ciencia. Porque una patología era en cierto sentido esto: la muerte apoderándose de un cuerpo vivo hasta el punto de que, como en el caso de Clara, según Holmberg, la muerte real y efectiva podia obrar como un "remedio". Con los años, el policial se inclinará a considerar que los fines o los motivos del crimen son puramente imaginarios y que lo verdaderamente importante resulta el ser del criminal o su voluntad de perseverar en un modo de ser, el oscuro deseo de encarnar un rol en una historia, como el escorpión de Mr. Arkadin, o incluso como Lónnrot y Morvan. Porque si el detective-narrador se define por ”una entonación, una voz, una sintaxis peculiar”, él tiene también un "destino", actúa un rol en una historia ya escrita. El principio del "hombre-cosa” fue el supuesto a partir del cual se construyó la novela negra. Como escribian Boileau y Narcejac, ”Scarface es, en imágenes, el equivalente de Daschiell Hammett. La emoción se manifiesta en forma de crisis sucesivas. Es la historia de un destino, o sea que la vida está dominada por la fatalidad y los hombres son cosas, a pesar de su aparente libertad. Esta idea del hombre-cosa considerada de lo cotidiano, de lo accidental, para poder apreciarla más claramente- aparece tan cargada de tragedia latente que hasta podria suprimir tranquilamente la pintura de la brutalidad física, que tan bien hacía Hammett, y conservar sólo la violencia moral de una acción regida interiormente por una oscura necesidad de destrucción“. De ahíque en Argentina la novela negra no sólo se haya inspirado en los autores norteamericanos sino también en Arlty Borges. Ambos concibieron sus personajes como autómatas, "hombres-cosa” u hombres-simulacro. Por eso tiene razón Piglia cuando ve en Jacobo Fischbein una reencarnación de Silvio Astier: "Todos nos parecemos a la imagen que tienen de nosotros. Yo sentia el desprecio de la gente y yo me despreciaba también”? El "homenaje” de Borges a Arlt no es azaroso, responde a condiciones bien precisas, a maneras de concebir el héroe literario y su destino. Ya en Sexo y traición en Roberto Arlt, Oscar Masotta daba una explicación del personaje de Astier que podría valer igualmente para Jacobo Fischbein: "Astier - escribia- se encuentra como apresado por lo que el otro piensa de él y no puede no aprehender, a través de la creencia del ‘Rengo, su interioridad como ya 59 que Holmberg descubre es que ella ya estaba muerta, es decir, poseída por una