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EL ALMA DE LA MUJER 121

que sepamos el por qué; la facultad que nos permite adivi- nar sin conocer los datos de hecho que nos llevan a esa con- clusión”,

La intuición existe también en el hombre. De ella se sirven el hombre de ciencias para sus experimentos; el lite- rato, el historiador, para enlazar los hechos y los aconteci- mientos que se propone describir. Pero el órgano específico de la inteligencia masculina no es la intuición, sino la de- ducción. Hasta cuando se sirve de la intuición, limítala el hombre con el razonamiento, al que en todo caso la somete. No se fía de sus intuiciones, hasta que no se las ratifica la lógica. La intuición es en el hombre un canal cerrado, cuyas llaves tiénenlas la razón y el interés; una guía que consulta, pero de la que puede prescindir. Para la mujer, en cambio, es la intuición verdaderamente el órgano específico de su in- teligencia, y no sólo en el campo práctico a que de prefe- rencia se dedica, sino también en la esfera teórica. Lo que no comprenda por intuición, no lo comprenderá nunca la mu- jer.

Si os tomáis el trabajo de estudiar las autobiografías de las mujeres que sobresalieron en su época, veréis que las gran- des obras a que deben la celebridad, fueron espontáneas y las realizaron sin más ayuda que la simple guía del instinto. Je ne peux puisur ma morale que dans mon coeur et l'edifier que dans mes sentiments—dice Clotilde di Vaux—. Por mo- do análogo es de su corazón de donde las poetisas sacan su métrica y las artistas su arte. La intuición es la retina de la mente femenil. De este órgano, al que da el nombre de cora- zón, logra sacar la mujer la solución a los más abstractos problemas, aun de aquellos que no parecen tener con el cora- zón relación alguna.

He visto casas de una arquitectura maravillosa, jardi- nes prodigiosos, poesías espléndidamente escritas, según las iba dictando la intuición, y sin que la autora supiese qué es- tilo, qué arquitectura O qué métrica había seguido en sus creaciones.

Muchas veces resuelve así la mujer, con la pura ayuda de la intuición inconsciente, lo que para el hombre será siem- pre un misterio, verdaderos problemas filosóficos. matemáti- cos, de Física y de Psicología, cuya resolución parecería im-