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EL ALMA DE LA MUJER 137 AAA ADD DDD DI DAD DDD

liares. ¡Cuántas invenciones no habrá discurrido en estos me- ses la mujer para seguir dándoles a los suyos comidas ¡gua!- mente substanciosas y bien cocinadas, con la mitad del con- dimento y la materia prima que antes de la guerra emplea- ba! ¡Y cuántos nuevos procedimientos no habrá ideado para elaborar y restaurar muebles o ropas sin tener que recurrir a los obreros ausentes! ¡Cuántos panes de papel, de papel se- cante y de residuos de carbón no habrá inventado para aho- rrar leña y carbón y cuántos sucedáneos no habrá urdido tam- bién para economizar la sosa y el jabón!

Otis Mason ha demostrado que la mujer es la inven- tora de casi todas las artes más preciadas de que nos servi- mos; que en el mundo primitivo asumen las mujeres las fun- ciones industriales, siendo carniceras, cocineras, curtidoras de pieles, y quienes elaboran las tiendas de campaña y cortan y cosen los trajes y el calzado. Y la mujer—dice el autor citado—fué quien descubrió en los campos las yerbas comes- tibles y las cultivó por vez primera, en sus huertos. Y quien cuidó a las crías de los animales muertos por su esposo y acostumbró al perro a guardar la casa y al gato a defenderla de los ratones. Y quien descubrió que la vaca y la oveja po- dían dar a sus hijos una leche tan nutritiva cual la suya. Y quien trenzó la esterilla sobre la cual se tendían las criatu- ras; y tejió por vez primera la fibra del lino, del cáñamo y la lana, para resguardarse del sol y la intemperie; y halló modo de bacer castillos de mimbres para guardar en ellos los preciados frutos; y coció por primera vez la tierra al sol para hacer tejas. Y quien descubrió cuáles harinas eran las más apropiadas para los niños de pecho y el mejor modo de co- cerlas, e inventó las cataplasmas y los ungúentos y encontró las yerbas medicinales que fueron el fundamento de la medi- cina. Y quien halló modo de domesticar al gusano de seda y de retorcer el tenue hilo con que aquéllos tejían su capullo: y quien descubrió las yerbas textiles e imaginó el hilado del al- godón y la lana ovejera; y encontró las plantas, los animales y los procesos de donde se podían extraer los colores para te- ñir. Y quien, muy verosímilmente, inventó también todos los diversos modos de cocer y conservar las carnes y de curarlas