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Página:Lombroso El alma de-la mujer.djvu/140

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158 GINA LOMBROSO OTAN ADDED INDIA DDEDEDEDODDEDODCAR,

y salarlas, y de hacer mermelada con frutas y hortalizas; y quien inventó, finalmente, todas las artes y esas preciadas aplicaciones caseras, que se han conservado hasta hoy.

En la esfera de los inventos no pueden los hombres, pe- se al número preponderante de sus patentes, competir con las mujeres. En las épocas y en los países industriales y mer- cantiles, ocupó siempre la mujer un lugar eminente, siendo aquellas épocas y países dichosos para ella. Y si actualmen- te no ocupa ya la mujer el primer puesto, débese a que los inventos han emigrado de la humilde esfera doméstica en que se trataba antes de elaborar la materia concreta, con el fin directó de agradar y prolongar la vida de algún ser ama- do, para entrar en la esfera de la teoría donde la mujer ne recibe ya los mismos estímulos que antiguamente recibía.

No quiero decir con esto que los hombres no puedan hacer nada en la vida práctica ni las mujeres en la vida teó- rica. Las circunstancias, la necesidad o alguna particular in- clinación suelen poner a1 hombre en contacto y a la greña con la vida práctica y a la mujer con la vida teórica, pu- diendo suceder que ambos salgan muy bien del paso. Pero de todas suertes, eso de inventar cosas prácticas, de hallar modo de mejorarles la vida a los seres pasibles de alegría y de dolor, proporciona un placer, una íntima satisfacción mu- cho mayores a la mujer que al hombre. No halla éste mu- cho placer que digamos en los inventos prácticos que logra y no se aplicaría a la tarea de inventar, si no fuese con la mira de alcanzar honra y provecho; mientras que lo encuen- tra y muy grande en el razonar, a lo que espontáneamente se entrega. Por el contrario, la mujer, cuando consigue rea- lizar un invento práctico, experimenta una verdadera alegría, Una satisfacción que no guarda relación con la economía ob- tenida ni con la gloria que pueda valerle, sino con el des- fogue de una pasión.

. Todo esto es, después de todo, providencial. La mu- jer ha nacido esencialmente madre; y la lógica, las ideas abstractas y las deducciones no podrían servirle para criar a sus hijos. La mujer aspira esencialmente a amar y ser amada y admirada del reducido círculo de Personas que la rodean,