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EL ALMA DE LA MUJER 151 EDAD DADO IDDDENDDEDNEDEDEDATs

bres declaraba imposible? Y es que la pasión subvierte con frecuencia y fácilmente los límites de lo posible, cambiando por modo increíble los valores de las fuerzas.

" Prácticamente, pues, varía la importancia del razona- miento, según los objetos a que se aplica y los fines que se aspira a conseguir. Para hacer progresar las ciencias, en las que hay que seguir teorías y se puede y se debe deducir de las premisas, consecuencias fijas e inmutables, resulta indis- pensable la lógica. Quien no sabe valerse de la lógica en sus estudios o en su arte, no es apto para los unos ni para el otro, ni obtendrá nunca en ellos nada sobresaliente. Para ven- der mercancías, organizar una industria, una sociedad o un estado y sostener un determinado orden político-social, es la lógica la única guía segura. Y lo es también para alcanzar un puesto, obtener una distinción, conquistar un «grado acadé- mico o un premio ambicionado. Pero, ¿de qué pueden servir- me a mí la lógica y el razonamiento, si lo que quiero es amar y ser amada, mirar por los demás y que los demás miren por mí? ¿De qué me puede servir la lógica si sólo aspiro a cum- plir mi misión de mujer, es decir, alcanzar un fin cuyo pla- cer cífrase por entero en creerlo espontáneo? Para desear ar- dientemente hijos que criar, niñitos pequeños por los que ve- lar noche y día, lo que es el sueño de toda mujer. sueño en verdad útil y conveniente para todos, es menester que la pa- sión altruística raye en ella a mayor altura que los propios intereses, que su pasionalidad predomine sobre su lógica. Pa- ra criar hijos que no saben expresarse y velar por la salud y por el bienestar material y moral de quienes nos rodean, de bien poco en verdad sirve la lógica.

Las personas vivas no se acomodan a los marcos de la lógica con tanta facilidad como los teoremas matemáticos; en los seres vivos, las necesidades, los deseos, las capacidades físicas y mentales cambian a cada instante, y estos cambios son difíciles de ver y de determinar, tratándose a.veces de simples matices, que sólo la intuición puede coger al vuelo, sin siquiera darles estado de conciencia, Este niño que hoy me resuelve a maravilla un problema matemático, no sabrá hacer mañana una simple división, y este otro que hoy di- giere cualquier alimento, es muy posible que no pueda ma-