EL ALMA DE LA MUJER 157
vuestro alrededor la mirada y decidme si no os han hecho más daño esas mujeres frías y calculadoras que razonan, que no esas otras impulsivas, irreflexivas y apasionadas, que, al parecer, son las peores.
MEDIOS QUE PUEDEN SUBSTITUIR A LA RAZON
Pero si el razonamiento no le sirve de estímulo y de freno a la mujer, ¿no existirán otros medios que puedan subs- tituírlo? Yo opino que sí y creo que son los mismos a que hombres y mujeres han recurrido siempre por instinto: los ejemplos, las tradiciones, los ideales. Las mujeres, y quizá también los hombres, cuando se disponen a la acción, si el instinto no los guía por modo seguro, antes que teorizar lo que hacen es agarrarse a los ejemplos de casos semejantes que vieron, leyeron u oyeron referir, y con el pensamiento se ima- ginan lo que habrían de decir, en caso semejante, la decisión que habrían de adoptar las personas de su estimación y cuyo aprecio ambicionan.
Por la pasión que la mujer tiene de amar y ser amada, por la avidez con que desde los más tiernos años, propende a granjearse el afecto de quienes la rodean, esa tendencia es en ella más fácil y espontánea que en el hombre. Sin hacerse fuerza alguna, sin ningún razonamiento, por el solo deseo de que la amen lo más posible, trata la mujer de corregir, de celar, de reprimir todos esos instintos que las personas con quienes convive llaman vicios, y los desprecian. propendien- do. cualquiera que sea el sacrificio que le cueste, a fomentar todas esas otras tendencias que las referidas personas ensalzan y llaman virtudes, aunque no lo sean.
Sea cualquiera el ambiente en que la niña viva. y el gra- do de razón que posea, concluye por encarnar el ideal que de la mujer se forjó su ambiente o el ambiente en que aspi- ra a vivir y por el que siente admiración, propendiendo a orientar inconscientemente sus actos hacia ese ideal, mucho más que hacia el razonamiento.
