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EL ALMA DE LA MUJER 29 AAAAAAC67€78é€é| CONNOR CIDADDADDDADADENanan

es dudar ni por un momento de que el amor allana a la mujer mucho más que al hombre, el logro de la finalidad de su vida.

Al nacer el hijo, sólo la madre experimenta la sensa- ción de haber creado algo, de poseer la garantía de que algo vivo y vital habrá de prolongarla en el tiempo, dándole una ilusión de eternidad. De aquí la continua aspiración de la mujer a amar, su completa entrega al amado, por el cual es- tá pronta a sacrificar todos los goces de la vida, e incluso la vida misma. De aquí el alto grado de intuición, de pasión, de actividad, que posee la mujer, puesto que no es posible ci- frar el centro de los propios actos en otros, sin intuírlo, sin amarlo, sin obrar, pensando en él.

De aquí la tendencia altruísta de la mujer; porque si quiere crear la vida, ha de poner el centro de su propia exis- tencia en Otro; ya que es otro ese hijo que ha de prolongar- la en el espacio y en el tiempo.

“No le ocurre así al hombre. Para prolongarse a sí mis- mo no puede el hombre contar con el amor. No puede crear materialmente. El hombre ha de crear lon su cerebro, con su corazón, con su mano, lo que haya de sobrevivirle, De aquí su egoísmo; es decir, su propensión a hacer de sí mismo, de sus goces y actos, el centro de su existencia; de aquí la ¿ndí- ferencia, la pasividad, la sensatez de que se halla dotado para obrar con arreglo a sus intereses. De aquí su aspiración con- tinua a las satisfacciones de la ambición, de la gloria, el po- der y la riqueza, más fuertes a veces en él que la misma ansia de vida: lo que es tan cierto que mientras en todas partes los gobiernos han podido obtener de sus súbditos el sacrifí- cio de la vida, ninguno ha logrado imponer silencio a sus ambiciones personales.

No quiero decir con esto que el altruísmo, con sus co- rrespondientes intuición, pasión y actividad, sean exclusivos de la mujer, ni que el egoísmo, con sus consiguientes indife- rencia, pasividad y reflexión, sean exclusivos del hombre; así como tampoco pretendo afirmar que sean exclusivos del uno o del otro sexo las virtudes o defectos que del egoísmo o el altruísmo se derivan.