EL ALMA DE LA MUJER 77
ber sido desgraciado o feliz y estado en relaciones con Francia o Alemania; cosas que a veces resultan ciertas, pero que son hipótesis y no tienen nada que ver con el libro o la conferen- cia, con el espectáculo en sí y por sí y comunicadas con otro, no dan la sensación objetiva de esos objetos, de ese espectáculo, de ese libro. Este intuir y emocionarse continuo de la mujer, dilata poco su campo de ideas, ya limitado por el hecho de orientarse siempre su pasión con preferencia del lado de las personas y cosas que le son vecinas en el espacio y en el tiem- po. Cuando sé que una cosa es hermosa o fea, dolorosa o agradable, no conozco la cosa, y cuando me sé al dedillo el rinconcito de vida que tengo a mi alcance, no conozco el mun- do.
Sin esfuerzo, con su solo razonar, hace el hombre que la mujer pare mientes en todo un lado de la vida que gene- ralmente descuida, con lo que dilata, pues, y consolida su campo intelectual. Razonando, obliga a la mujer a compro- bar la existencia de una concepción moral diferente a la su- ya, enseñándole por lo tanto tolerancia.
La expansividad resulta, pues, provechosa a la mujer, al hombre y a la sociedad en todos sentidos, y aunqu> a cau- sa de dolores, desilusiones y desavenencias, sería sacrilegio so- focaría en la mujer; lo que hay que hacer en vez de eso, es encauzarla. Y eso es lo que ha hecho el catolicismo en la con- fesión. El sacerdote es no sólo el' deppsitario de los pecados, sino también de los pensamientos de la mujer, su consejero. Ahora que del antiguo tronco han brotado tantas religiones nuevas que lo rechazan, hácese necesario substituírlo. A esta laguna se debe la gran boga de las pitonisas.
VIVIFICACION DE LAS COSAS TINANIMADAS
Esta necesidad de expansión de la mujer ha concluido por conducirla a un extraño ilusionismo—provechcsisimo también para la sociedad—, a la posibilidad de vivificar las cosas inanimadas, posibilidad inapreciable para el cumpli- miento de su cometido maternal.
Al nacer el niño, no es un ser pasible de afectos, como lo será unos meses después. Es una cosa que no siente, ve, ni sufre, que no goza, ama, ni odia. Para cifrar en él pasión y