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Por fin, de norte a sur, dividía en dos la plaza, una es- pecie de galería con arcadas, llamada Recoba vieja, para diferenciarla de su vecina del mismo nombre más mo- derna.
Nada más que merezca mencionarse había en la plaza de la Victoria, pues hasta 1811 no se comenzó la erección
Plaza de la Victoria, en 1811 (costado oeste o frente que mira al río).
de la Pirámide conmemorativa de la revolución de Mayo. Algunas casas de negocio, de mezquina apariencia y cons- trucción primitiva, un mercado que ocupaba el lugar donde hoy está el Archivo nacional, y unas pocas casas de regu- lar aspecto, pertenecientes a los virreyes que gobernaron sucesivamente o a las familias de más fortuna, completaban los alrededores de la plaza. Ésta no tenía, como hoy, her- mosos árboles y jardines; unos cuantos bancos de ladrillo