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que lo adornan, Castelli o Belgrano pronunciaron palabras vibrantes de aspiración republicana! ¡Tal vez sobre su tosco brocal se escribieron o firmaron documentos de gran im- portancia para la independencia de nuestro país!
¡Lástima grande que ese pozo no exista ya! Los descen- dientes del prócer, que durante muchos años mantuvieron la quinta en las mismas «ondiciones en que la vió el año glorioso de 1810, acabaron por enajenarla hace poco tiempo, y sus nuevos propietarios, deseando aprovechar lo mejor posible el terreno, destruyeron esa querida reliquia, que hoy no es más que un recuerdo histórico para los argentinos.
RELIQUIAS HISTÓRICAS. — ¿ Quieren ustedes averiguar dónde están y qué recuerdan las siguientes? El pino de San Lorenzo. El campo de la Cruz. La casa de Tucumán. La torre de la iglesia de Santo Domingo en Buenos Altres.
El Fuerte, residencia de las autoridades coloniales, que estaba situado en el lugar que hoy ocupa la Casa Rosada en Buenos Aires.
