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17 Entonces fué la primera vez (1) que los comicios, acostumbrados á hacerse en el campo Marcio, se transfirieron al senado: porque hasta entonces, si bien disponía á su gusto el príncipe las cosas importantes, no dejaban de hacerse algunas con los votos de las tribus. Ni se resintió el pueblo de la perdida autoridad sino con un rumor y murmurio vano. Y el senado, viénduse libre de donativos y de la indignidad de los ruegos, lo aceptó de buena gana, contentandose Tiberio con presentar solos cuatro pretendientes para concurrir sin repulsa y sin negociación.
Pidieron después los tribunos del pueblo el poder hacer cada año á su costa los juegos que, agregados á los fastos, del nombre de Augusto se llamaron Augustales: mas decretóse que se tonase el dinero del tesoro público, y que ellos en el circo pudiesen usar la vestidura triunfal, aunque no ser llevados en coche. El cargo de esta fiesta se transfirió después al pretor que administrase justicia entre ciudadanos y forasteros.
Este era el estado en que estaban las cosas de la ciudad cuando se amotinaron las legiones de Panonia (2) sin alguna otra ocasión, salvo el ofrecérsela al nuevo gobierno para desear la vida licenciosa que sigue siempre á los motines, y mostrarles la guerra civil esperanzas de largos premios. Tres legiones estaban alojadas juntas los alojamientos que se acostumbraban tener los veranos, á cargo de Junio Bleso; el cual, sabido el fin de Augusto y principio de Tiberio, descuidándose de su oficio, ó por las ferias acostumbradas, ó por el regocijo, dió ocasión á los soldados de afeminarse, de hacerse desobedientes, dar oídos á los peores discursos, y finalmente á desear ocio y comodidad y á despreciar la disciplina y trabajos militares.
(1) Según Gibbon, la palabra primum parece hacer alusión á algunas débiles é inútiles tentativas que se hicieron para devolver al pueblo su derecho de elección.
(2) Hoy Austria y Hungria.—N. del T. E.
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