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Los anales.—Libro I.

persuadió á partirse. Iba aquella miserable tropa de mujeres, y entre ellas la fugitiva consorte del general con su hijuelo al pecho rodeada de las llorosas mujeres de los amigos del césar, que se llevaban en su compañia, dejando con igual tristeza á los que se quedaban.

No era aquella vista la de un césar floreciente en honores que salía de sus reales, sino una semejanza de ciudad saqueada. Los suspiros y el llanto hicieroa volver el rostro y los oídos hasta á los propios soldados. Y salidos de sus barracas deseosos de saber la causa de aquel sonido miserable y lo que podía ocasionar semejante tristeza, vieron aquellas mujeres ilustres ir marchando solas, sin acompanamiento de centuriones ni escolta de soldados, y á la mujer del general del ejército sin su guardia acostumbrada, ir la vuelta de Treves, para encomendarse á la merced y fe de los extraños. Nacióles de aquí luego vergüenza y compasión acordándose de Agripa su padre, de Augusto su abyele y de Druso su suegro; clla, mujer de insigne fecundidad y de singular pudicicia; el niño, nacido en el ejército, criado entre las legiones, á quien llamaban Caligula (1) con vocablo militar, á causa de que muchas veces, por granjear el favor del pueblo, le solían calzar una cierta manera de borcegules que acostumbraban usar los soldados. Mas nada les movió tanto como la envidia que tuvieron á la confianza que se hacía de los Treviros; ruéganle que no vaya; pídenle que se vuelva; parte corre á detener á Agripina, y los más recurren á Germánico, el cual, como caliente en el enojo y en el dolor, habló de esta suerte å los que le estaban en torno: «Mi mujer ni mis hijos no me son más caros que mi pa(1) Especie de calzado que usaban los soldados romanos y hasta los centuriones, aunque no los oficiales superiores. Era un zapato cerrado que cubría enteramente el pie. Tenía una snela muy doble guarnecida de clavos y que estaba sujeta con correas que cubrían la garganta del pie y rodeaban la parte baja de la pierna.