Página:Los bandidos de Río Frío (Tomo 1).pdf/45

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

DE RÍO FRÍO 33

A los ocho días el doctor Codorniu hizo su segunda visita. D.ᵃ Pascuala, lo mismo. Se le ordenó otro método.

A la segunda semana tercera visita del doctor y Lamparilla. D.ᵃ Pascuala, lo mismo. Se le ordenó nuevo método. La botica se agotaba. El célebre doctor se volvía loco y promovió una junta. D. Espiridión, afligido. Doña Pascuala, muy mala.

Se celebró la junta, se estableció distinto método, que tampoco surtió. El doctor Codorniu confesaba que en su vida había visto un caso igual. Fué en esa época cuando el periódico publicó el párrafo que integro hemos copiado al principio de esta verídica narración.

El doctor estudió día y noche, aplicó los tratamientos propios para tales casos, conferenció con sus compañeros, hizo al rancho frecuentes visitas, y al fin se decidió á consultar á la Universidad. Un día de claustro pleno en el austero General con sus sillones de relieves de fina madera ya renegrida por los años, sus cuadros de obispos, santos y doctores, su magnífico púlpito de cuyo techo parece que se desprendía y volaba la blanca paloma que simboliza al Espíritu Santo, los doctores con sus togas de seda negra, sus capelos en el cuello y sus grandes y vistosas borlas, ya verdes, ya amarillas, ya blancas, según la facultad en que habían sido examinados y recibidos de doctores, hubo una discusión muy grave y seria, y aunque no es del caso, la indicaremos únicamente. Se trataba de encontrar los medios eficaces de combatir la masonería, que estaba de moda en el país, y especialmente las logias yorkinas contrarias á la Universidad, á los canónigos, á los frailes monjas. Todo lo querían suprimir y destruir y era necesario defenderse. Cuando terminó la sesión, concilio, junta que