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Contestó el posadero que al momento le serviria, y Lorenzo se sentó en la cabecera de la mesa al lado de la puerta, que era el punto de los curiosos.

Hallábanse en la misma sala algunos ociosos del pueblo, los cuales, despues de haber discutido y glosado las grandes noticias de Milan del dia anterior, se devanaban los sesos para saber lo que habia sucedido en aquel dia, tanto más, cuanto que las primeras eran más propias para aumentar la curiosidad que para satisfacerla, porque se trataba de una sublevacion ni victoriosa ni comprimida, suspendida más bien que acabada con la noche, en fin, la conclusion de un acto más bien que de un drama. Separóse de la comitiva uno de los circunstantes, y acercándose al forastero, le preguntó si venía de Milan.

Sorprendido Lorenzo:

—Yo?-dijo á fin de tomar tiempo para responder.

—Si, usted,-prosiguió el otro,-si es cosa que se puede saber.

Sacudiendo Lorenzo la cabeza, y apretando los labios, dijo confusamente:

—Milan, por lo que he oido decir en estas inmediaciones, parece que es pueblo á donde ahora no se puede ir, á ménos que no haya una gran necesidad.

—¿Conque continúa el alboroto?-preguntó con másempeño ei curioso.

—Sería preciso estar allí para saberlo,-contestó Lo-- renzo.

—iQué, no viene usted de Milan?

—Vengo de Liscate,-respondió el mozo con desemba - razo, porque ya habia premeditado su respuesta.

En rigor venía efectivamente de este pueblo, pues habia pasado por él, y su nombre lo supo de un pasajero que se lo habia indicado como el primero por donde debia pasar para llegar á Gorgonzola.

—iVaya!-dijo el preguntador, como si quisiese decir, mejor sería que viniese usted de Milan, ¡pero paciencia!- ¡Y en Liscate nada se decia de Milan?

—Es probable que algunos supiesen algo,-respondió Lorenzo; pero yo nada he oido.

Pronunció estas palabras con un tono que indicaba que habia ya concluido. Volvió el curioso entre sus compañeros, y poco despues vino el hostalero á poner la mesa.

—iCuánto hay para llegar ai Ada?-le preguntó Lorenzo á media voz y con cierto descuido aparente, igual al que le hemos visto emplear alguna que otra vez.