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-Hace algun tiempo-continuó el conde Atilio-que al fraile se le ba metido en la cabeza que D. Rodrigo tiene ciertas miras...

—¿Conque se le ha metido en la cabeza? ¡Ah! ya comprendo. Conozco bien al Sr. D. Rodrigo, y para juslificarle en esta parle, necesita mejor abogado que tú.

—Puede ser muy bien que D. Rodrigo haya gastado alguna chanza con aquella muchacha, encontrándola por la calle: es jóven, y en fin no es capuchino; tampoco fuera justo que moleslase yo á mi señor tio por semejantes muchachadas; pero lo que merece la atencion es que el fraile ha empezado á hablar de mi primo como lo haria de un pillo, con el objeto de excitar contra él á todo el país.

—Y los demas frailes?

—No hacen caso, porque saben que es un hombre extravagante, y miran á D. Rodrigo con el mayor respeto; pero es necesario advertir que este fraile liene mucha opinion entre los aldeanos, porque tambien hace el santo, y...

—Sin duda no sabrá quo D. Rodrigo es mi sobrino.

—Mucho que lo sabe, y es justamente lo que más le emperra.

—¿Cómo es eso?

—ŠI, señor, porque, y él mismo lo dice, se complace más con habérselas con D. Rodrigo, por la razon de que tiene un protector de tanto valimiento como usted, y que él se burla de los grandes y de los políticos, pues el.cordon de San Francisco tiene atadas las manos á las mismas autoridades, y...

—Fraile insolente! y cómo se llama ese atrevido?

—Fray Cristóbal de,-dijo el conde Atilio.

Y el tio bufando sacó un papel de un cajoncito de la escribanía, y escribió en él aquel desgraciado nombre; entrelanto, el conde Atilio continuaba diciendo:

—Ese fraile ha tenido siempre la misma mania. Ya se sabe toda su vida: era un plebeyo, que tenía algun dinero, queria tenérselas tiesas á los cabaileros de su pueblo, y furioso por no poder dominarlos á todos, asesinó á uno de ellos, y para no morir en la horca tuvo que melerse fraile.

—¡Muy bien! ¡muy bien! allá lo vercmos,-iba diciendo el tio sin dejar de bufar.

—Abora está más furioso que nunca,-continuaba el conde Atilio,-porque se le ha descompuesto un negocio en que tenía grande interes, y de aquí conocerá usted qué