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carle ciertas consecuencias probables... No digo más. Sabemos que ese padre Cristóbal se habia declarado protector de un hombre de aquel pafs, un hombre... Ya vuestra paternidad habrá oido hablár de él; escándalo se escapó de las manos de la justicia, despues de haber cometido mil excesos en aquel desgraciado dia de San Martin... ¡Lorenzo Tramallino! iVálgame Dios!-dijo para sí el padre Provincial.

Y volviéndose luégo al Conde senador, prosiguió:

—Nada sé de eso; pero vuestra señoría sabe muy bien 1 que una parte de nuestras obligaciones es la de buscar extraviados para reducirlos...

—¡Bien! pero el tratar con ciertos extraviados es cosa peligrosa, es punto sumamente delicado...

Al decir esto, en lugar de binchar los carrillos y soplar, estrechó los labios sorbiendo el aire, en vez de echarlo fuera como solia, y continuó diciendo:

—Me ha parecido regular hacer á vuestra paternidad semejante indicacion por si acaso mañana ú otro dia S. E. el señor Gobernador, Capitan general... podria impetrar de Roma... ¿Quién sabe?... No tengo antecedentes... pero podria venir de Roma...

—Agradezco muchísimo á vuestra señoría este aviso; pero estoy seguro que, tomando informes sobre el particular, resultará que el padre Cristóbal no ha tenido más trato con el hombre que vuestra señoría dice, que el necesario para corregirlo y amonestarle. Yo tengo noticias de quién es el padre Cristóbal.

—No obstante, vuestra paternidad sabe mejor que yo lo que fué en el siglo, y sus calaveradas cuando jóven.

—Señor Conde, es un lauro para el hábito el que un hombre que en el siglo dió motivo para que murmuraran de él, se vuelva muy diverso con sólo vestirlo... Y desde que el padre Cristóbal le viste...

—Me alegraria poderlo creer, sf, señor, me alegraria de corazon; pero muchas veces... Ya sabe vuestra paternidad aquel refran que dice «el hábito no hace el monje.»

El refran no venfa exactamente al caso; pero quiso el Conde sustituirle por delicadeza al otro: «muda el lobo los dientes, más no las mientes,» 6 al otro: «el que malas mañas há, tarde 6 nunca las perderá.»

—Tengo datos,-continuó el Con de;-tengo noticias..

—Si vuestra señoría sabe positivamente-dijo el padre Provincial-que este religioso ha cometido alguna falta, porque todos estamos expuestos á errar, estimaré muchfmismo que con tanto