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CAPÍTULO XX.

Estaba fundado el tal castillo sobre un angosto valle en la más alta cima de un cerro que procedia de una escabrosa cordillera de montañas, sin que fuese fácil determinar si estaba unido con ella, ó separado por hondonadas y derrumbaderos, y por un laberinto de cavernas y precipicios, tanto por la espalda como por los costados. El Îrente que miraba al valle era el único practicable, pues formaba el terreno una pendiente no tan áspera, cubierta de pastos en su altura, cultivada en la falda, y con várias chozas de trecho en trecho. Era el fondo del terreno una madre de piedras y guijarros, por la cual corria, segun la estacion, un riachuelo ó un torrente que entónces servia de límite á los dos Estados. Las montañas que cerraban el valle por la parte opuesta declinaban tambien en una falda de no mucha extension, cultivada en partes, aunque interrumpida por enormes peñascos, y subidas escabrosas sin senda alguna, ni más vegetacion que tal cual matorral en las hendiduras ó en los picos más encumbrados.

Desde la altura de su denegrido castillo dominaba el selvático caballero, como el águila desde su nido sangriento, todo el territorio en que pudieran estamparse huellas humanas, no teniendo nada que temer por la parte posterior de su guarida. De una sola mirada recorria todo aquel recinto con sus hondonadas, cumbres y veredas. La más ancha de éstas, que entre varios recodos y revueltas conducia al castillo, semejaba desde lo más alto una cinta serpenteando á modo de culebra. Desde las ventanas y troneras podia el dueño contar los pasos de los que subian, asestando contra ellos sus tiros: en términos que con la fuerte guarnicion de bravos que le acompañaban, le era fácil defenderse de un número considerable de gente armada, despeñando á muchos ántes que uno lograse llegar arriba. Aunque, por otra parte, ninguno que no estuviese bien con el amo se atrevia, no digo á subir, sino á dar un paseo por el valle: y al esbirro que se hubiera dejado ver en aquel sitio, le habria cabido la suerte que á un espía enemigo en tiempo de guerra. Contábase en el país la historia trágica