Página:Los novios. Historia milanesa del siglo XVI (1880).pdf/284

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 272 —

métete en ella, y que te lleven á la Malanoche; pronto, pronto, para que llegues ántes que ese coche, que trae un paso de caracol. Viene en él, 6 debe venir, una muchacha; si con efecto viene, dile al Gavilan que la meta en la litera y que inmediatamente suba aqui. Tú entrarás en ella...

en la litera, y en llegando, la conducirás á tu cuarto. Si te preguntase dónde va, de quién es el castillo, cuidado con decirle...

—Ya, ya,-dijo la vieja.

—Pero animala,-dijo el caballero.

—iQué he de decirle?

—¿Qué has de decirle? anímala te digo. ¡Tan vieja, y no sabes cómo se anima á una persona! ¿nunca has tenido tú pesadumbres? ¿no has tenido tú nunca miedo? ¿no sabes fas palabras que consuelan en semejantes circunstancias? díselas, ¡mal rayo te parta! y véte pronto.

En cuanto se fué la vieja, quedó el caballero á la ventana con los ojos clavados en el mente pareciendo más grande. Miró luégo al sol, que entónces caminaba á ocultarse detras de la montaña: miró detras á las nubes, que de pardas se volvieron en un instante de color de fuego; por último se retiró, cerró la ventana, y empezó á pasear arriba y abajo por el cuarto con pasos de caminante que tiene prisahe, que ya iba progresiva-

CAPÍTULO XXI.

Ya habia marchado la vieja á obedecer, y á mandar con la autoridad de un nombre que pronunciado en aquel sitio, servia para todos de espuela, pues á nadie podia ocurrirle que hubiera quien se aventurase á abusar de él. Llegó con efecto á la Malanoche poco ántes que el carruaje, y viéndole cerca, salió de la litera, hizo señal al cochero para que parase, se acercó á la portezuela, y al Gavilan que sacó la cabeza le comunico al oido la órden de su amo.

Al pararse el coche, se movió Lucía, volviendo de una especie de letargo en que estaba sumergida. Sobresaltóse de nuevo, abrió la boca y los ojos, y quedó como espantada. Vuelto á su rincon el Gavilan, la vieja con la barba