Página:Los novios. Historia milanesa del siglo XVI (1880).pdf/37

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 25 —

nadie lo oiga, que venga á la sala baja, que tengo que bablarla, y que sea al instante.

Subió la niña apresuradamenle la escalera, muy ufana por tener un encargo secreto que ejecutar. Lucia iba á salir en aquel moniento, muy ataviada por nano de su madre. Las amigas se la disputaban por verla y abrazarla; pero Lucía se negaba con aquella modestia algo rústica de las aldeanas; y aunque bajaba la cabeza y se tapaba desdeñosamente la cara con el brazo, no dejaba de asomar á su rostro una ligera y atractiva sonrisa. Sus nitidos y negros cabellos separados en mitad de la frente, pasaban detras de la cabeza, formando en ella varios circulos de trenzas, sostenidos por largos allileres de plata que repartian en rededor á manera de lus rayos de las aureolas, como aún en el dia usan l:as aldeanas del Milanesado. Rodeaba su garganta una sarta de granates alternados con cuentecillas de oro afiligranadas, y cenia el suelto talle un juboncillo de brocado con flores, y las mangas abiertas, y atadas con hermosas lazadas. La falda era de seda con espesos y menudos pliegues; las medias de color rosa, y las chinelas de seda bordadas. Además de este adorno, que era el del dia de la boda, tenia la jóven el de todos los dias, que era ei de su modesta hermosura, á que daban mayor realce los afectos que retrataba su rostro, es deeir, cierta alegria mezelada con una ruborosa turbacion, con una piácida inquietud, que, sin alterar la belleza de una novia, le presta un carácter particular que interesa.

Betina se metió en el grupo de las mujeres, se acercó á Lucía, y dándole á entender diestrament que tenia alguna cosa que comunicarle, le dijo su palabrita al oido.

—Voy, y vuelvo al momento,-dijo Lucia á las mujeres.

Y bajó aprisa la escalera. Al ver la cara inmutada y el aspecto inquieto de Lorenzo:

—¿Qué bay de nuevo?-le preguntó, no sin cierto triste presentimiento.

—Querida Lucía,-respondió Lorenzo,-lo que es peor; hoy todo se lo llevó Barrabás; iy quién sabe cuando podremos casarnos!

—iC Contóle Lorenzo en pocas palabras lo que habia sucedido aquella mañana. Escuehábale Lucía muy angustiada, y cuando oyó el nombre de Rodrigo:

—jA-exclamó, poniéndose colorada y trémula:-jes posible? ¡hasta este extremo!

—iLuego tú sabías...?-preguntó Lorenzo.

Lucia asustada.