| crito acerca del gobierno de la peste, personas ilustradas que por las sensatas relaciones de sus padres no creian cierto el hecho de las unturas venenosas.» En eslo se ve que este era un desahogo secreto de la verdad, un razonamiento doméstico: se ve en suma que habia buen sentido; pero que se mantenia oculto por temor del sentido comun.
Los magistrados, disminuidos cada dia, aturdidos y confusos, empleaban aquella poca vigilancia y resolucion de que eran capaces en buscar á los untadores, y desgraciadamente creyeron haber encontrado algunos. Los procesos que en su consecuencia se formaron, á la verdad ni fueron los prinmeros de esta clase, ni se pueden considerar como una cosa rara en la bistoria de la jurisprudencia.
Dejando aparte la antigüedad, nos ceñiremos á indicar algunos rasgos de tiempos más inmediatos á la época de que tratamos. En Ginebra en 1530, 1545 y 1574; en Casal de Monferrato en 1536; en Padua en 1555; en Turin en 1599; en Palermo en 1526, y otra vez en Turin en el mismo año de 1630, fueron juzgados y condenados á suplicios, en lo general atrocisimos, muchos individuos, en unas partes más, y en otras ménos, como reos de haber propagado la peste con polvos, ungüentos, maleficios 6 todas estas cosas juntas; pero como el asunto de los untamientos de Milan fué quizá el que tuvo más fama y dur6 más tiempo, es quizá el más digno de que se analice, por haber quedado documentos más extensos y circunstanciados. Y aunque el ya citado ilustre Verri ha tratado este punto en sus Observaciones acerca del tormento, como su objeto no ha sido escribir su historia, sino sacar razones para un asunlo más noble é importante, nos ha parecido que dicha historia podria ser maleria de un nuevo trabajo; pero esta no es cosa de pocas palabras, y el desempeñarla con la exlension que merece nos llevaria demasiado léjos.
Además de que despues de haber parado el lector su atencion en estos hechos, ciertamente no tendria grande empeño en saber los que quedan de nuestra relacion; y así reservándolos para otro escrito, volveremos á nuestros personajes para no separarnos ya de ellos hasta el fin de sus aventuras.
