Página:Los novios. Historia milanesa del siglo XVI (1880).pdf/461

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 449 —

Y su madre vive?

—Puede ser; pero quién quieres tú que lo sepa? No está aquí; no obstante...

—¿Dónde se halla?

—Ha ido á vivir á Valsasina, en casa de aquellos parientes suyos de Pasturo, ya sabes. Dicen que allá la peste no bace tantos estragos como por acá. Pero tú... digo...

—Lo siento á la verdad. Y el padre Cristóbal?

—Hace poco tiempo que marchó. Pero...

—Ya lo sabia; me lo escribieron. Preguntaba si habia vuelto por aca.

—;Disparate! Ya no se ha salbido mis de él; pero tú...

—Tambien es cosa que siento en el alma.

—-¿Pero tú qué vienes á hacer por acá? ¡Válgame Dios! ¿Te has olvidado de la requisitoria?

—No importa. Ahora tienen otras cosas en que pensar.

En fin, he querido venir á ver cómo está mi casa. Y efectivamente no se sabe...?

—¿Qué quieres ver? Ya casi no queda nadie, ni nada. Y digo, con aquella requisitoria encima, venirse aqui, venirse á meter en la loca del lobo. ;Vaya' ;Qué poco juicio! Haz lo que te aconseja un viejo que tiene más experiencia que tú, y que te habla porque te estima. atate bien los zapatos, y ántes que álguien te vea, vuélvete á donde has estado hasta ahora, y si alguno te ha visto, vuélvete más aprisa.

įTe parece que este es buen aire para ti? ¿No sabes que vinieron y revolvieron toda tu casa?

—Demasiado lo sé: ;bribones!

—Pues bien...

—Si le digo á usted que no se me da cuidado. Y aquel malvado vive? Está aqui?

—Te digo que no hay nadie, te digo que no pienses en las cosas de aqui, te digo que...

—Pregunto si está aquí ese malvado.

—Válgame Dios! Mira cómo hablas. Es posible que despues de tanto como has sufrido no te hayas moderado?

—Pero ¿está ó no está?

—Vaya; no está. Pero y la peste, hijo mio, y la peste? iQuién en estos tiempos anda por el mundo?

—Si no hubiese mas que la peste... digo para mí, que ya la he pasado, y estoy, y estoy horro.

—Pues luego?... No son avisos estos? Cuando se ha salido de una borrasca semejante, bien se pueden dar gracias á Dios.

—Y quién dice que yo no se las doy?

29