Página:Mendoza Carcel mujeres.djvu/64

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida

ANGÉLICA MENDOZA

Venid y vamos todos Con flores a María...

El órgano expande sus sonidos en el estrecho recinto de la Capilla. Las notas se ahogan, arriba en el techo bajo y plano, abajo en las voces ásperas, silvestres y discordes de mendigas, ladronas y prostitutas. De cuan- do en cuando un agudo que vuela como una saeta, nos recuerda que la voz de la religiosa superiora preside el COTO.

Sale Isolina llorando desconsoladamente.

—“¡ Canalla! ¡Las tiene qué pagar!”

Indago tal vez por curiosidad : .

—“¡ Mi hermanita, está ahí dentro con las muchachas del Buen Pastor!”

—“Pero, ¿cómo?”...

—“¡Se le habrá escapado a mi madrasta!”

Llora sin consuelo con hipos.

—“¿La vió ¿lla a usted?”

—“Sí; yo me dí vuelta, porque la conocí en la voz, cuando cantaba. Cuando me vió se puso el dedo en los labios para que yo no hablara. No pude aguantar ahí dentro y salí afuera a llorar... ¡Es una lástima! ¡Tan chica!”

Su llanto acrece al escucharse sus propias palabras.

—“¡Está de novia! El novio es un muchacho que parecía bueno... Es un obrero. Tal vez el desgraciado se la habrá robado. ¿Y ahora, qué va a hacer?”

Luego me mira y me dice nerviosa:

= 62) =