.
ños, no son nada polidos, andan desacompañados, cuentan dona yres muy frios, son en el visitar muy pesados, comen como aldeanos, son con las damas muy cortos, son en las mesuras un poco locos y en el hablar de palacio muy grandes nescios. El bien que de su venida se sigue es que ay en la corte para algunos días de que burlar y para algunas noches de que mofar. En la corte cada día acontescen cosas repentinas, desgracias nunca penea das, es a saber: que el galán salió mal enjaezado, cayó el cavallo, erró el encuentro, paró en la carrera, sacó pobre librea, dió algún golpe feo, contó alguna frialdad, burlóle su dama, descuydóse en alguna mesura o dixo alguna pachochada, por manera que tienen dél en palacio que contar y por las mesas de señores que dezir. En la corte, como nunca faltan passiones entre cavalleros, enojos entre criados, embidia entre privados, competencias entre oficiales, enemistades entre generosos, dessasosiegos entre ambiciosos y rencillas entre maliciosos, nunca faltan allí muñidores que las mueven, farautes (1) que las cuenten y aun bandoleros (2) que las sustenten; y a las vezes gana en la corte mejor de comer un malsín (3) a malsinar que no un teólogo a predicar. En la corte todo se permite, todo se dissimula, todo se admite, todos caben, todos passan, todos se suffren, todos se compadescen, todos se sustentan y todos biven.
(1) Faraule: mensajero, (2) Bandolero: parcial, banderizo.
(3) Maisin: murmurador.
