llamado para proteger la propiedad de los inversores. Naturalmente habrá simpatía por ellos en casa, y ellos moverán cielo y tierra antes de perder. Mil veces mejor que nuestro país no se desarrolle en absoluto que a tal precio."
Como todavía insistí a la sinrazón de esta noción, el coronel continuó: "incluso admitiendo que eres sincero en lo que dices de los deseos de tu pueblo, siento que es el destino manifiesto de México de ser tomado por los Estados Unidos. En tiempos antiguos las razas latinas gobernaron el mundo, pero en ésta y las próximas edades la raza sajona lo hará. Ustedes son un pueblo fuerte, comercial y comercio es el aliento de las fosas nasales de la civilización moderna. Mira lo que han hecho en California desde que dejó de ser una provincia española. He estado en San Francisco —una gran ciudad y espléndida; la vi con asombro. 'Esto fue una vez mexicana', me dije a mí mismo. 'Ah, qué genio tan diferente del de México!' Sí, nos tomarán. Será el mejoramiento de muchos abusos y nuestra mayor prosperidad, sin duda; pero espero no vivir para ver el día. Como un patriota, un soldado, podría dar mi vida cincuenta veces antes de consentir en eso".
"Pero, puesto que concedes en tales beneficios como probables," me aventuré a decir, "¿Qué es este patriotismo que tan fuertemente insistes? No te queremos y no hay planes sobre ustedes, pero —sólo por la discusión y hablando como personas ilustradas —¿No es mas bien fantástico? ¿Es una frontera tal objeto en sí misma? ¿No ha habido mucho del patriotismo en el pasado resultar ser una mera estrechez provincial? Suponiendo México o Canadá, sin fuerza, pero en su propio juicio de lo que fuera por el bien de su pueblo, deseara formar parte de la Unión, manteniendo su organización en los