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CARTA XII.
LA VIRGEN DE GUADALUPE Y SU FESTIVAL.


EL 12 de diciembre es la fiesta de la "Virgen de Guadalupe,"(la Santa Patrona de México); y como la historia de este personaje y las ceremonias en su honor son bastante singulares; y el santuario donde ella es venerada es uno de los más bellos de la República, les daré alguna cuenta de ellos.

La iglesia se encuentra a unas tres millas de la ciudad, al pie de la Sierra que se levanta desde la llanura en el norte. El gran edificio colegiado está construido sobre el nivel del suelo; pero el antiguo y yo creo que la capilla original, está en la cima de una colina adyacente. La colección de edificios, dedicadas a esta Santa, forma un pequeño pueblo en sí mismos, independientemente de la pequeña ciudad, que ha crecido en el proceso del tiempo de sus beneficios y peregrinaciones al santuario sagrado.

El día en cuestión, miles fueron a la Iglesia de la ciudad de México. Desde temprano en la mañana, la magnífica carretera asfaltada, construida a este lugar, en los prósperos días del Imperio español, estaba cubierto con pasajeros a pie, jinetes, léperos, indios, nobles en suntuosas diligencias, y de hecho por toda la población de la ciudad, que podían caminar, o permitirse el lujo de pasea a su propio costo o de otros. No se podía conseguir un vehículo en la Capital por amor o dinero, a menos que suplicara o lo hubiera contratado el día anterior.

Fui bastante tarde y encontré las iglesias atestadas asfixiantemente, mientras que el arzobispo decía misa y el Presidente y altos oficiales de Estado, sentado bajo un dosel de terciopelo carmesí, en el cuerpo principal del edificio, asistía en el servicio.

Una gran parte de la multitud estaba compuesta por léperos, en sus grasosas mantas; y desde todas partes de México e incluso de algunas otros, miles de indios habían llegado al festival, con sus esposas e hijos. En tal multitud, en un día bastante cálido y en una iglesia de tamaño normal, fácilmente estaras de acuerdo conmigo que el olor no era precisamente el de un altar de rosas—en consecuencia los dejé en sus devociones; y, con un amigo, hui al aire libre e hice un levantamiento del lugar