Página:Narraciones populares - Santos Vega.pdf/43

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido validada
— 43 —

bate lo exaltaba, lo seducía en esos momentos, tenía para él una atracción inexplicable.

Después, pasadas aquellas impresiones, calmada la borrasca, una tristeza intensa le invadía, sentía algo como el remordimiento de quien hubiese cometido un crimen.

Las sombras de los muertos no le dejaban conciliar el sueño. Iban á sacudir, en la noche, su imaginación exaltada, como si le pidiesen cuenta de la vida que les había arrebatado.

Los prisioneros que hacía el ejército sitiador eran bárbaramente sacrificados.

Un día, después de una refriega, el cuerpo á que Valentín pertenecía, se retiró victorioso del campo de batalla, llevándose algunos prisioneros.

Inmediatamente se dió orden para que fuesen degollados.

Entre los soldados elegidos para consumar la ejecución, estaba Valentín.

Era la primera vez que se le obligaba á esa operación.

Un extremecimiento de terror sacudió todos sus miembros, y sintió que los cabellos se le erizaban.

El buen muchacho no se consideraba capaz de matar, á sangre fría, á un hombre indefenso.

—Yo no degüello,—dijo al oficial de la compañía.

—Lo harás!—replicó éste.