Página:Ninon Lenclos Cartas.djvu/159

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida

AL MARQUÉS DE SÉVIGNÉ 149

imdulgencia para con el prójimo. Censuraba yo sin miramiento alguno, la conducta de aquella mujer y ella se enteró. La veía de cuando en cuando en casa de uno de mis parientes. Un día me llamó aparte, y he aquí el pequeño sermón que tuve que soportar, Me produjo tanta impresión, que se grabó para siem- pre en mi memoria

« Si quiero hablaros sin testigos — me dijo, — no cs para ceensuraros por lo que habéis dicho de mí; es simplemente para daros un aviso cuyo fun- damento apreciaréis algún día. Habéis criticado mi conducta con una severidad, con un desdén que indican bien á las claras el orgullo de que estáis po- seida por no tener que reprocharos ninguna falta de virtud. Creéis ser virtuosa y que esa virtud nunca os abandonará. Y eso es una ilusión de vuestro amor propio. Me creo en la obligación de iluminar vuestra inexperiencia y de advertiros que, lejos de vanaglo- riaros de esa virtud que os hace tan severa, no podéis asegurar ni siquiera que la poseéis. Este comienzo os extraña; prestadme atención y 0s convecertis pronto de la verdad de lo que digo.

» Nadie hasta ahora os ha hablado de amor. El espejo es el único que os ha dicho que sois linda. Vuestro corazón — lo veo en la indiferencia espar- cida por toda vuestra persona — no ha llegado todavía al pleno desenvolvimiento y el grito de la naturaleza aun no se ha hecho oir. Mientras conti- nuéis en esa situación, mientras estéis tan bien guar- dada como ahora, respondo de vuestra virtud. Pero cuando el corazón haya hablado, cuando esos ojos encantadores reciban del sentimiento la vida y la expresión, cuando se expresan con el lenguaje del amor, cuando una agitación interior os inquiete,