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EL MISTERIO DE MARÍA ROGÊT

en juego. Sólo después de una semana se juzgó necesario ofrecer un premio; y hasta entonces este premio fué limitado á mil francos. Mientras tanto, las diligencias se practicaban con vigor, si no siempre con buen juicio, y un gran número de individuos fueron examinados sin éxito alguno, y debīlo á la obstinada ausencia de todo dato que pudiera descubrir el misterio, la excitación del pueblo crecía grandemente. Al final del décimo día fué considerado conveniente doblar la suma ofrecida; y al último, habiendo corrido la segunda semana sin conducir á ningún descubrimiento, y habiéndose manifestado en algunos serios motines la preocupación que existe en París contra la Policía, el Prefecto resolvió ofrecer, por sí mismo, la suma de 20.000 francos por «la convicción del asesino» ó si más de uno estaba implicado en el hecho, «por la convicción de alguno de los asesinos». En la proclama que anunciaba este premio, se prometía un completo perdón á cualquier cómplice que delatase á los criminales; y á todo se añadía, el aviso particular de un comité de ciudadanos, que ofrecia 10.000 francos, en adición á la cantidad propuesta por la Prefectura. El total del premio alcanzaba, pues, á treinta mil francos, que debe ser mirado como una suma extraordinaria, si consideramos la humilde condición de la joven y la mucha frecuencia con que en las grandes ciudades, tienen lugar atrocidades como la que hemos narrado.

Nadie dudaba casi que, de esa manera, cesara el misterio del asesinato. Pero, aunque en uno o dos casos, se hicieron capturas que prometían aclaración, nada pudo descubrirse que arrojara sospechas sobre los presos; y fueron puestos inmediatamente en liber-