Página:Obras completas del doctor D. Manuel Milá y Fontanals - III (1890).djvu/22

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brillantes su modesto espíritu, á más de que sus aficiones literarias le hubieran hecho preferible una colocación de otra clase, difícil de alcanzar entonces á efecto de la depravación de la corte (de tan funestos resultados y de proverbial memoria) á no contraer algún enlace indigno de un hombre honrado.

Con el intento de aumentar sus agencias y más todavía sin duda por el deseo de abrazar á su anciana madre y hermanos, emprendió un viaje á Cataluña, llegando á Reus en la víspera de su patrono San Pedro de 1805. Estrechó en sus brazos á toda su familia, que amaba entrañablemente. Después de haber estado algún tiempo en Reus, Tarragona y el Mas (casa rural de la familia á orillas del Francolí, que le recordó siempre los felices días de su infancia, transcurridos al lado de tan buenos padres y hermanos), y de haber visitado la capital y otros pueblos del Principado, regresó á Madrid, acompañado de su hermano menor D. Juan. Prosperaban sus negocios, y aguardaba el momento de entrar en el colegio de abogados ó algún destino en Madrid ó en las provincias, mas le repugnaba hacer uso de los ofrecimientos pecuniarios de su familia, otro de los medios entonces expeditos para lograr este intento.

Llegó en esto el 19 de Marzo, principio de tantos y tan aciagos acontecimientos que influyeron en los destinos de Bofarull, como en los de todos los españoles. Un mal llamó á otro mal, la corrupción é inepcia de nuestra corte dió la mano á una ambición sin ejemplo y que apenas se tomaba el trabajo de disfrazarse, y Napoleón pudo codiciar para los suyos, lo que en realidad equivalía á codiciarlo para sí, la España en apariencia inerme. Pocos é indignos españoles cedieron á la hábil y ya ejercitada seducción del déspota francés: en su modesta posición que, como la de otros, hubiera entonces podido dejar de serlo, no le ocurrió siquiera la menor incertidumbre á nuestro joven letrado, como que obedeció á su conciencia y no á interesados sofismas.