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objecion del escepticismo. Pero no es ménos imposible dudar realmente, porque se puede muy bien profesar el escepticismo con la lengua, pero todo lo que se dice, como observa Aristóteles, no es de necesidad que se piense.

¡No se podría, sin embargo, sin atacar directamente el principio de contradiccion, suponerse que entre dos contrarios hay un intermedio, que no es ni lo uno ni lo otro, ó bien que es á la vez el uno y el otro? En ambas suposiciones, segun Aristóteles, la produccion y el cambio son imposibles.

Sería preciso por otra parte admitir una. infinidad de intermedios, lo cual obligaría á decir, como en los sistemas precedentes, que no hay nada verdadero ni falso, y que todo es indeterminado.

Para librarse de estas conclusiones, no queda más que un medio, que es determinar, definir, ó, en otros términos, expresar alguna cosa, porque la nocion, cuyo signo son las palabras, es la definicion de la cosa de que se habla[1]. Partiendo de este principio, Aristóteles define los diferentes términos que va á emplear en el curso de su obra. Pero es preciso no formar un concepto equivocado sobre el valor y el papel que representan estas definiciones; no se vaya á creer, como muchas veces ha sucedido, que las definiciones en filosofía son principios generales, axiomas de los cuales la ciencia deduce una multitud de consecuencias particulares. La filosofia es una ciencia de hechos, y las definiciones en las ciencias de hechos no pueden tener este carácter. La definicion en las matemáticas desempeña un papel doble; sirve para fijar la nocion de la cosa de que se habla, y además es el concepto mismo; de manera que es una verdadera hipótesis, de la que se deducen poco á poco todas las consecuencias. Verdaderamente es en este sentido el principio y el punto de partida de la ciencia. No sucede así en las ciencias de hechos, porque aquí no es posible asentar á priori un principio, que encierre en sí mismo todas las deducciones, que el análisis se encargará de sacar ulteriormente. En las ciencias de hechos la definicion no está al principio, está en el punto de llegada, porque es la consecuencia y el resultado de la ciencia, como que sólo puede ser completa en el momento en que la ciencia esté completa tambien. Para definir el sér, la sustancia, es preciso conocerlas, no vagamente, sino de una manera exacta; es preciso haberlas estudiado bajo todas las relaciones, y haber descendido á los últimos grados del análisis. Si Aristóteles parte de ciertas definiciones, no las considera como principios á priori, como las definiciones matemáticas; no deduce su ontología de las definiciones; ántes bien, hace todo lo contrario. Si define, es para hacernos ver desde luego el fin que se propone conseguir. El está ya en posesion de la ciencia, y trata de enseñarla; puede por tanto sin inconveniente mostrarnos desde luégo los resultados que ha obtenido; es este un medio de guiarnos y animarnos á seguirle: ignoti nulla cupido.


  1. Metaf., IV.
Metafísica.
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