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Desde mi celda.

y componerse. Esta afición de los trapos, según nosotros los hombres solemos decir, tan general en las muchachas de todas las clases y de todos los siglos, y que en Dorotea predominaba exclusivamente sobre las demás aficiones, era causa continua de domésticos disturbios entre la sobrina y el tío, que contando con muy pocos recursos en su pobre curato de aldea, y siempre en la mayor estrechez á causa de su largueza para con los infelices, según él decía con una ingenuidad admirable, andaba desde que recibió las primeras órdenes procurando hacerse un manteo nuevo, y aún no había encontrado ocasión oportuna. De vez en cuando las discusiones á que daban lugar las peticiones de la sobrina solían agriarse; y ésta le echaba en cara las muchas necesidades á que estaban sujetos, y la desnudez en que ambos se veían por dar á los pobres, no sólo lo superfino, sino hasta lo necesario. Mosén Gil entonces, echando mano de los más deslumbradores argumentos de su cristiana oratoria, después de repetir que cuanto á los pobres se da á Dios se presta, acostumbraba á decirla que no se apurase por una saya de más ó de menos para los cuatro días que se han de estar en este valle de lágrimas y miserias, pues mientras más sufrimientos sobrellevase con resignación, y más desnuda anduviese por amor hacia el prójimo, más pronto iría, no ya á la hoguera que se enciende los