Página:Orgullo y prejuicio - Tomo II (1924).pdf/167

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
165
 

sabía dónde se encontraba su amigo. Wickham, en efecto, había acudido a ella a su llegada a Londres, y si ella hubiera podido recibirlos en su casa habrían tenido su alojamiento allí. Mas al cabo nuestro amable amigo consiguió la dirección que buscaba. Estaban en la calle de ***. Vió a Wickham, y después insistió en ver a Lydia. Su primer objeto cerca de ella era, cual reconoció, persuadirla a que saliera de su desgraciada situación del momento, volviendo a su familia en cuanto se pudiera conseguir que la recibieran, y ofreciéndole su ayuda hasta donde pudiera alcanzar. Pero encontró a Lydia resuelta por completo a seguir donde estaba. No se cuidaba ella de nadie de su familia; no necesitaba de la ayuda de él; no quería oír nada referente a abandonar a Wickham; estaba convencida de que se casarían una vez u otra, y no le importaba mucho saber cuándo. Siendo éstos sus sentimientos, él pensó que sólo restaba facilitar y asegurar el matrimonio, el cual, en su primer diálogo con Wickham, conoció él que no estaba en los planes de éste. Confesóse Wickham obligado a abandonar su regimiento por ciertas deudas de honor que le oprimían; no tuvo escrúpulos en hacer recaer sólo sobre la locura de Lydia todas las malas consecuencias de su huída, y en cuanto a su futura situación, poco podía prever de ella: tenía que irse a alguna parte, pero no sabía adónde, y conocía que no tenía nada para vivir.

»El señor Darcy le preguntó por qué no se había casado de una vez con su hermana. Aunque al se-