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disfrutan? Tengo a Carlota por excelente administradora. Si es la mitad de lista que su madre, ya ahorrarán bastante. Supongo que no habrá nada de prodigalidad en su gobierno doméstico.

—Nada en absoluto.

—Gran parte del arreglo depende de eso. Sí, sí; cuidarán de no sobrepasar sus ingresos; nunca se apurarán por falta de dinero. Bien; ¡muy dichosos pueden ser! Y supongo que hablarán a menudo de poseer Longbourn cuando haya muerto tu padre, que lo considerarán suyo en cuanto eso suceda.

—Ese es un punto que jamás tocaban ante mí.

—Claro; habría sido raro que lo hicieran; mas no abrigo duda de que lo hablarán a menudo entre sí. Bien; si les es posible quedarse contentos con un estado que legalmente no es suyo, mejor. Yo estaría avergonzada de poseer uno que estuviera vinculado sólo para mí.

CAPITULO XLI

La primera semana tras el regreso de las muchachas pasó pronto y comenzó la segunda. Era la última de la permanencia en Meryton del regimiento y todas las jóvenes de la vecindad languidecían rápidamente; la tristeza era casi general. Sólo las mayores de las de Bennet eran capaces de comer, beber y dormir: de seguir el acostumbrado curso de la vida. Con gran frecuencia veíanse censuradas por su insensibilidad por Catalina y Lydia, cuya