Página:Orgullo y prejuicio - Tomo I (1924).pdf/148

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
146
 

afirma que no lo hará, y si no te apresuras, él cambiará de idea y no la pretenderá.

El señor Bennet levantó la vista del libro en cuanto su mujer entró, fijándolos en el rostro de ella con calmosa indiferencia, que no se alteró lo más mínimo con la noticia.

―No tengo el gusto de entenderte ―dijo cuando ella terminó su alegato―. ¿De qué estás hablando?

―De Collins e Isabel. Isabel asegura que no se ha de casar con Collins, y Collins comienza a insinuar que no quiere a Isabel.

―Y ¿qué he de hacer en ese caso? Parece asunto perdido.

―Habla tú mismo a Isabel sobre ello. Díle que insistes en que se case con él.

―Haz que baje. Oirá mi opinión.

La señora de Bennet tiró de la campanilla e Isabel fué llamada a la biblioteca.

―Ven, hija mía ―exclamó su padre en cuanto ella entró―. He enviado por ti para un asunto de importancia. Parece que Collins te ha hecho proposiciones de casamiento; ¡es cierto?

Isabel repuso que sí.

―Muy bien; y que has rehusado ese ofrecimiento de matrimonio.

―Lo he rehusado, papá.

―Bien. Ahora vamos al asunto. Tu madre insiste en que lo aceptes. ¿No es así, señora de Bennet?

―Sí, o no la quiero ver más.

―Una triste alternativa se te ofrece, Isabelita. Desde este día tienes que ser extraña a uno de tus