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yo juzgaría más que posible, permanece tranquilo en casa, y consuélate con que no nos ofenderemos por ello.

―Cree, querido primo, que mi agradecimiento aumenta mucho con tus afectuosas advertencias; y cuenta por ello con que en breve recibirás una carta de gracias así por ellas como por todas las demás pruebas de consideración recibidas de ti durante mi estancia en el condado. En cuanto a mis bellas primas, aunque mi ausencia no haya de ser tan larga que lo haga preciso, me permito desearles salud y dichas, sin excluir a mi prima Isabel.

Con las naturales cortesías se fueron las señoras, todas sorprendidas por igual de ver que proyectaba un pronto regreso. La señora de Bennet deseaba interpretarlo en el sentido de que pensaba dirigirse a alguna de las hijas menores, y había por eso que convencer a María de que lo aceptase. Esta, en efecto, estimaba a Collins más que las otras; hallaba en sus reflexiones una solidez que a menudo le imponía, y aunque no le juzgaba de ningún modo tan profundo como ella misma, opinaba que si se le animaba a leer y a aprovechar con un ejemplo como el suyo podría llegar a ser muy grato compañero. Mas a la mañana siguiente se desbarató todo ese plan, pues la señorita de Lucas vino en seguida de almorzar, y en conferencia privada con Isabel relató el suceso de la víspera.

La posibilidad de que Collins se imaginara enamorado de su amiga le había ocurrido a Isabel en uno o dos de los días anteriores; pero que Carlota le