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fuera de casa. Su paseo favorito, al que acudía a menudo mientras las otras visitaban a lady Catalina, era a lo largo de la alameda que bordeaba aquel lado del parque, donde había un sendero ligeramente accidentado que nadie parecía apreciar sino ella, y en el cual se hallaba fuera del alcance de la curiosidad de lady Catalina.

De tan tranquila guisa se pasó pronto la primera quincena de su estancia. Se acercaba la Pascua, y la semana anterior a la misma iba a aportar aumento a la familia en Rosings, aumento que en tan reducido círculo parecía resultar de importancia. Isabel había oído poco después de su llegada que Darcy era allí esperado para dentro de pocas semanas, y aun sin haber muchos de sus conocidos a quienes no hubiese preferido, era cierto que el arribo de aquél podía prestar alguna relativa variedad a las veladas en Rosings, pudiendo ella entonces divertirse en ver cuán sin esperanza eran los designios de la señorita de Bingley sobre él con la conducta del mismo con su prima, para quien evidentemente lo destinaba lady Catalina, la cual hablaba de su llegada en términos de admiración hacia él, molestada casi con que hubiese sido ya antes visto con frecuencia por la señorita de Lucas y por Isabel misma.

Su llegada fué conocida pronto en la abadía, porque Collins llevaba paseándose toda la mañana con la vista fija en las casitas que daban entrada al camino de Hunsford para ser pronto sabedor de aquélla, y después de hacer su correspondiente cortesía cuando el coche entró en el parque se apresuró a ir