Página:Orgullo y prejuicio - Tomo I (1924).pdf/23

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
21
 

diferencia entre nosotras. Los cumplidos te sorprenden siempre a ti, y a mí nunca. ¿Qué más natural que sacarte de nuevo? No podía él evitar el ver que eras cinco veces más guapa que todas las del salón. No le agradezcas esa galantería. Cierto que es muy agradable, y te permito que te guste. Te han gustado muchos tontos.

—¡Querida Isabel!

—¡Oh! Bien sabes que eres muy dada a que te gusten todos en general; nunca ves defectos en ninguno. A tus ojos, todo el mundo es bueno y agradable; no te he oído hablar mal de un ser humano en toda mi vida.

—Querría no ser dada a censurar a nadie; pero, créelo, siempre digo lo que pienso.

—Sé que lo haces, y eso es lo admirable: ¡poseer tan buen sentido y ser tan modestamente ciega para las locuras y la falta de sentido de los demás! La afectación de candor es bastante común; se halla por doquiera. Pero ser cándida sin ostentación ni propósito, fijarse en lo bueno de cada cual, y aun mejorarlo, y no decir nada de lo malo, es cosa que te pertenece a ti sola. Y ¿te gustan también las hermanas de ese muchacho? Sus modales no son como los de él.

—Cierto que no, al principio. Pero son mujeres muy complacientes cuando él conversa con ellas. La soltera va a vivir con su hermano y cuidar su casa, y me engañaré mucho si no hallamos en ella una encantadora vecina.

—Isabel escuchó en silencio, pero no se convenció;