Página:Orgullo y prejuicio - Tomo I (1924).pdf/66

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
64
 

necesidad ha de dejar asuntos sin concluir y no puede reportar ni a ti ni a nadie ninguna utilidad real?

—¡Hombre!, es demasiado eso de recordar por la noche todas las locuras que se han hecho por la mañana. Y a fe mía que cuanto dije de mí creía que era verdad, y aun lo creo en este instante. Por lo menos, no iba a asumir el carácter de precipitado superficial para mostrarlo a las señoras.

—Me atrevo a asegurar que lo creías; pero no me convenzo de ningún modo de que te marchases tan aprisa. Tu conducta sería tan dependiente del azar como la de cualquier otro de los que conozco; y si cuando estuvieras montado a caballo te dijera un amigo: Bingley, mejor harás en quedarte hasta la semana que viene, probablemente lo harías, probablemente no te marcharías, y a otra frase por el estilo seguirías aquí durante un mes.

—Con eso sólo ha probado usted —exclamó Isabel— que el señor Bingley no hizo justicia a su propio modo de ser. Usted lo ha retratado ahora mejor de lo que él mismo lo ha hecho.

—Me complace mucho —dijo Bingley— que convierta usted en un cumplido a mi carácter cuanto mi amigo dice. Pero temo que le dé usted un aspecto que aquel caballero no entenderá de ningún modo; porque es bien cierto que él pensaría mejor de mí si en la circunstancia expresada yo le diera una negativa rotunda y me marchara tan pronto como pudiera.

—¿Consideraría entonces el señor Darcy compen-