Página:Origen de las especies por medio de la selección natural.djvu/111

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
97
SELECCION NATURAL

naturaleza, que han permitido á los extranjeros tomar firme posesion de la tierra. Y como los extranjeros en todos los países han vencido así á algunos de los naturales, podemos sin riesgo deducir que éstos podrian haber sido modificados con ventaja, de modo que hubieran resistido mejor á los intrusos.

Como el hombre puede producir y ciertamente ha producido un gran resultado por sus medios de seleccion metódica é inconsciente, ¿qué no efectuará la seleccion natural? El hombre solamente puede obrar sobre los caracteres externos y visibles: la naturaleza, si se me permite personificar la natural conservacion y supervivencia de los más aptos, para nada se cuida de las apariencias, excepto en cuanto éstas son útiles á un sér cualquiera. La naturaleza puede obrar sobre cada órgano interno, en cada sombra de diferencia constitucional, en la maquinaria toda y completa de la vida. El hombre escoge para su propio bien solamente; la naturaleza solamente para el bien del sér á quien atiende. Todo carácter selecto es plenamente formado por ella, como lo implica el hecho de haber sido escogido. El hombre cuida en el mismo país á los nacidos en muchos climas; rara vez trata cada carácter selecto de una manera peculiar y apropiada; da el mismo alimento á la paloma de pico largo que á la de corto; no trata de ningun modo peculiar al cuadrúpedo de lomo largo ó de piernas largas; expone al mismo clima á carneros de lana larga y de lana corta; no deja que los machos más vigorosos luchen por las hembras; no destruye con rigidez á todos los animales inferiores, sino que defiende todo lo que puede todos sus productos, durante cada cambio de estacion. Empieza á menudo su seleccion por alguna forma semi-monstruosa, ó al ménos por alguna modificacion bastante señalada para atraer la vista ó para serlo claramente útil. En la naturaleza, las diferencias más pequeñas de estructura ó constitucion, bastan y sobran para inclinar la exquisitamente compensada balanza en la lucha por la existencia, y ser, por lo tanto, conservada. ¡Cuán pasajeros son los deseos y esfuerzos del hombre; cuán corto su tiempo, y en consecuencia, cuán pobres serán sus resultados comparados con los que acumula la naturaleza durante épocas enteras geológicas! ¿Podemos, pues, maravillarnos de que las producciones de la naturaleza sean mucho más verdaderas en carácter que las del hombre, de que estén infinitamente mejor adaptadas á