OBJECIONES A LA TEORÍA 241 su cuello con este objeto por medio de la seleccion natural y por los efectos del mayor uso. En el Africa del Sur, la compe- tencia para pacer en las ramas más altas de las acácias y de otros árboles, debió ser entre las girafas unas con otras, y no con los otros animales ungulados. No puede contestarse claramente, por qué en otras partes del mundo varios animales que pertenecen a este mismo órden no han adquirido ya un cuello prolongado, ya una trompa; pero es tan poco razonable esperar una respuesta categórica á semejante pregunta, como decir por qué algun suceso de la historia de la humanidad no ocurrió en un país determinado y sí en otro. Nada sabemos con respecto a las condiciones que determinan el número y extension de cada especie; y no po- demos ni áun conjeturar qué cambios de estructura serian fa- vorables á su aumento en algun país nuevo. Podemos, sin em- bargo, ver de un modo general que podrian varias causas ha- ber impedido el desarrollo de un cuello largo o de una trompa. Alcanzar el follaje a una altura considerable sin trepar, para lo cual los animales de pezuña son los menos á propósito, im- plica un volúmen de cuerpo grandemente aumentado; y sabc- mos que algunas regiones sostienen poquísimos cuadrúpedos grandes, por ejemplo la América del Sur, con ser tan exube- rante, mientras que el Africa del Sur abunda en ellos en un grado que no tiene paralelo. La razon de esto no la sabemos, ni tampoco por qué los últimos períodos terciarios habrán sido mucho más favorables para la existencia de esos cuadrúpedos que los tiempos actuales. Sean las que hayan sido las causas, podemos ver que ciertas localidades y ciertas épocas han sido mucho más favorables que otras para el desarrollo de un cua- drúpedlo tan grande como la girafa. Para que un animal adquiera alguna estructura desarrollada grandemente y de un modo especial, es casi indispensable que se modifiquen y coadapten otras diversas partes. Aunque todas las partes del cuerpo varien ligeramente, no se siguo de aquí que las partes necesarias varien en el buen sentido y hasta un grado justo. En las diferentes especies de nuestros animales domésticos, sabemos que las partes varian de un modo y en un grado diferentes, y que algunas especies son mucho más varia- bles que otras. Aun cuando surgieran las variaciones con- venientes, no se sigue de esto que la seleccion natural pudiera 16