INSTINTO DE TI.ACER CELDAS 299 feras. Era realmente digno de notar en casos de dificultad, como cuando dos partes de un panal forman un ángulo, cuántas veces las abejas procedon á demoler y reedilicar de diferentes modos la misma celda, recurriendo algunas veces á una figura, que ya habian rechazado al principio. Cuando las abejas tienen un lugar, en el cual pueden soste- nerse en las posiciones propias para trabajar-por ejemplo: en una tabla, colocada directamente debajo del medio de un panal que crece para abajo, de modo que el panal tiene que ser cons- truido sobre una cara de la tabla-en este caso las abejas pue- den poner los cimientos de una pared de un nuevo exágono en su verdadero lugar estrictamente, proyectando más allá de las otras celdas acabadas. Basta que las abejas puedan man- tenerse á la distancia relativa correspondiente, unas de otras, y de las paredes de las últimas celdas acabadas, y entonces, trazando esferas imaginarias, pueden levantar una pared inter- media entre dos esſeras adyacentes; pero por lo que yo he visto, jamiis ahuecan ni rematan los ángulos de una celda hasta que está construida una gran parte, tanto de aquella celda como de las adyacentes. Esta habilidad en las abejas de establecer en ciertas circunstancias una pared tosca en el sitio conve- niente entre dos celdas recien comenzadas, es importante, por- que se relaciona con un hecho que á primera vista parece echar por tierra la teoría precedente, á saber: que las celdas en la orilla extrema de los panales de las avispas, son algunas veces estrictamente exagonales; pero no tengo aquí espacio para en- trar en este asunto. Ni me parece ser una gran dificultad que un solo insecto, como sucede con la avispa reina, haga celdas exagonales, si tiene que trabajar alternativamente en el inte- rior y en el exterior de dos o tres celdas comenzadas al mismo tiempo, siempre manteniéndose á la distancia conveniente y relativa de las partes de las celdas recien empezadas, labrando esferas ó cilindros y erigiendo planos intermedios. Como la seleccion natural obra solamente por la acumula- cion de ligeras modificaciones de estructura ó instinto, todas y cada una provechosas para el indivíduo en sus condiciones de rida, puede razonablemente preguntarse como una sucesion larga y gradual de instintos arquitectónicos modificados, que tiendan todos hacia el plan actual y perfecto de construccion, pudieron haber sido ventajosos á los progenitores de la abeja de