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INSTINTO DE HACER CELDAS

feras. Era realmente digno de notar en casos de dificultad, como cuando dos partes de un panal forman un ángulo, cuántas veces las abejas proceden á demoler y reedificar de diferentes modos la misma celda, recurriendo algunas veces á una figura, que ya habian rechazado al principio. Cuando las abejas tienen un lugar, en el cual pueden sostenerse en las posiciones propias para trabajar-por ejemplo: en una tabla, colocada directamente debajo del medio de un panal que crece para abajo, de modo que el panal tiene que ser construido sobre una cara de la tabla-en este caso las abejas pueden poner los cimientos de una pared de un nuevo exágono en su verdadero lugar estrictamente, proyectando más allá de las otras celdas acabadas. Basta que las abejas puedan mantenerse á la distancia relativa correspondiente, unas de otras, y de las paredes de las últimas celdas acabadas, y entonces, trazando esferas imaginarias, pueden levantar una pared intermedia entre dos esferas adyacentes; pero por lo que yo he visto, jamás ahuecan ni rematan los ángulos de una celda hasta que está construida una gran parte, tanto de aquella celda como de las adyacentes. Esta habilidad en las abejas de establecer en ciertas circunstancias una pared tosca en el sitio conveniente entre dos celdas recien comenzadas, es importante, porque se relaciona con un hecho que á primera vista parece echar por tierra la teoría precedente, á saber: que las celdas en la orilla extrema de los panales de las avispas, son algunas veces estrictamente exagonales; pero no tengo aquí espacio para entrar en este asunto. Ni me parece ser una gran dificultad que un solo insecto, como sucede con la avispa reina, haga celdas exagonales, si tiene que trabajar alternativamente en el interior y en el exterior de dos ó tres celdas comenzadas al mismo tiempo, siempre manteniéndose á la distancia conveniente y relativa de las partes de las celdas recien empezadas, labrando esferas ó cilindros y erigiendo planos intermedios. Como la seleccion natural obra solamente por la acumulacion de ligeras modificaciones de estructura ó instinto, todas y cada una provechosas para el indivíduo en sus condiciones de vida, puede razonablemente preguntarse cómo una sucesion larga y gradual de instintos arquitectónicos modificados, que tiendan todos hácia el plan actual y perfecto de construccion, pudieron haber sido ventajosos á los progenitores de la abeja de