sonrisa en sus rostros indicando su consciencia de nuestra presencia. En otro, muchachos trabajaban haciendo calzado, sastrería, carpintería
y ajustando tipos de letras en una oficina regular de impresión, e imprimiendo con una imprenta Hoe Washington, justo como yo "enrollé" veinticuatro años atrás, en una oficina de impresión del país en el entonces "Lejano Oeste". En otro, niñas cosían, bordando en seda y lingotes, haciendo encaje, tejiendo, etc. En otro, señoritas de las primeras familias que residen con sus padres, estaban aprendiendo pintura y bordado del más alto estilo.
En otra sala, doscientos niños entre dos y cinco años de edad, cien niños y cien niñas, pertenecientes a padres demasiado pobres incluso para vestirlos, que eran enseñados oralmente, como en la escuela de San Felipe. Toda la tela para la de ropa los alumnos, se hace dentro de sus muros, y toda la ropa, y botas y zapatos requeridos, son hechos por niños y niñas.
La cocina, tan grande como una escuela ordinaria con nosotros, tiene piso de azulejo esmaltado de bonitos patrones, y los hornos españoles antiguos recientemente fueron sustituidos por hornos de hierro inglés, que costaron dos mil cuatrocientos
