pasado, porque no di cinco mil dólares."
En justicia para los "caballeros del camino" en México, debo decir que como regla es la gente más cortés en la tierra, y aun cuando toman el dinero y reloj de un hombre, lo hacen con una cierta gracia y cortesía que hace la operación comparativamente fácil de llevar por parte de la víctima. Siempre piden disculpas por el acto, lamentando que la necesidad les obliga a hacerlo, y al despedirse del viajero, devotamente le piden protección en su a la Divina Providencia. Cuando no están demasiado fuertemente presionados por el Gobierno, las diferentes bandas en un Estado suelen tener una especie de conexión de negocios, y, si lo deseas, el líder de la primera banda en cuyas manos caes muy cortésmente, escribirá un pase para que llevarlo y salvarse de más molestias. Tengo uno de estos pases en mi posesión. Fue dado por el líder de una banda en el estado de Guerrero, a un amigo mio, quien fue "asaltado" de la manera más aprobada. Pasó a través del grupo en el más alto estilo del arte; y luego, sentado en su Caballo, escribió con un lápiz sobre un papel, en el pomo su silla, un pase como sigue:
"Querido Gomez: este grupo ha cumplido según nuestros reglamentos. Por favor dejalos pasar sin molestia. Manuel."
El caballero que recibió el pase entonces dijo:
"Pero, mi querido Señor, ¡usted no me ha dejado un dólar para comprar comida en el camino!"
¿El bandolero respondió, "¿Perdón Señor? ¿Cuánto necesita?"
"Bueno, ¡unos cinco dólares me llevarán a Acapulco, creo!” dijo mi amigo.