prendió la grandeza y magnitud de los problemas involucrados. No era, como alegaron algunos estadistas europeos, una prueba poder por un lado, e independencia y por el otro; la guerra no se libró sólo para aplastar una gigantesca insurrección, o simplemente para destruir la maldición de la esclavitud humana—pero los ejércitos unidos también luchaban por los grandes principios que se encuentran en la base de todos los gobiernos libres. El resultado de la guerra, alentó y fortaleció a los gobiernos republicanos, y el problema más grande a que jamás fue sometido la sociedad humana, fue resuelto—si se puede confiar en la humanidad con un gobierno puramente popular. La espada victoriosa de Grant, y el honesto patriotismo del inmortal Lincoln, ayudado por Seward, sabio estadista, finalmente contestaron estas preguntas, y para siempre. El problema está resuelto. Los gobiernos republicanos pueden resistir con éxito las combinaciones más poderosas, y poseen más energía, fuerza, y poder de recuperación, que cualquier otro sistema.
Otra pregunta fue resuelta—una pregunta que fue el corolario inevitable de esa la guerra—me refiero a que la intervención europea en asuntos americanos; y fue decidida, que las potencias europeas, no pueden entrar con impunidad, muy cerca, al arca de las libertades americanas. La ayuda moral de nuestro Gobierno, efectuada y dirigida por el Sr. Seward, combinado con el patriotismo de sus estadistas y soldados, liberó a este hermoso país de la dominación extranjera. Muchas veces y frecuentemente, como el Sr. Romero puede atestiguar, el General Grant manifiestó su cálida simpatía por los patriotas de México luchando, durante la intervención; y desde su elevación a la Presidencia, en la ocasión de la presentación oficial del distinguido Ministro de esta República, el usó estas palabras memorables: y lo que dice el presidente Grant apenas necesito añadir a su significado:
"Su anterior residencia en los Estados Unidos le ha hecho familiar con su instituciones y su pueblo, y debe usted estar satisfecho que su Gobierno comparte la visión de los estadistas mexicanos que consideren la forma de Gobierno de una República mejor adaptada para desarrollar los recursos de ese país y para hacer a su gente feliz. Para mí, puedo decir que no me es nece-
