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UNA CIUDAD BAJO LA CIUDAD.

cerca de misma gran piedra. Miles de víctimas perecieron en esta piedra; algunos dicen que cientos de miles; y la sangre permeó tanto la porosa lava que la mancha de color roja oscura todavía puede ser distinguida, después de más de tres siglos.

Los ídolos espantosos, serpientes y otras monstruosidades—todas burdamente cortadas de grandes bloques de lava, que adornaban el templo de Cholula, yacen apiladas contra la pared, abandonadas y cubiertas de polvo, en las proximidades de la piedra del altar mayor. Me han dicho que esta enorme piedra del sacrificio—contrariamente a la creencia común—no es la que adornaba el gran templo de Tenochtitlán, que estuvo en el sitio de la gran catedral de nuestros días, pero que fue traída de Cholula. Debe haber sido una tremenda hazaña mover tan gran peso a tan grande distancia, por esas carreteras y sin energía de vapor. La verdadera piedra de sacrificios del gran templo de Tenochtitlán, se dice que se encuentran enterrados en la Catedral, donde ahora se erige la Gran Cruz, y es cierto que los huesos de miles de seres humanos que perecieron en ella, llenan todo el terreno donde se encuentra la Catedral.

Muchos creen, que casi toda la antigua ciudad de Tenochtitlan—el nombre azteca de México—está enterrada bajo la ciudad actual y algunos incluso afirman que por debajo de esta se pueden encontrar ruinas de una ciudad todavía más antigua, construido por una raza anterior a los aztecas. Sin embargo, como quiera que sea, es evidente que Tenochtitlan fue construida sobre un pantano malsano muy por debajo del nivel de las calles de México y casi rodeada por agua. Los cimientos de edificios en la ciudad actual están muy profundos, y las paredes son inmensamente gruesas. Por toda la ciudad, donde se hace una excavación para construcción, antiguas reliquias