ejecución que tendrá lugar al amanecer tan quieta y privadamente como sea posible, siendo su opinión que tales exhibiciones no tienen buen efecto en la mente del público.
Después de una condena por un delito capital, la transcripción de los registros del juicio, pruebas, etc., debe enviarse a México para ser revisado por la Corte Suprema. Si ese tribunal decide que el juicio ha sido justo, y la condena es de acuerdo a la ley y las pruebas, entonces se remite una orden para la ejecución de la sentencia, el Gobernador debe firmar la sentencia de muerte dentro de un determinado número de días, y la ejecución debe tener lugar dentro de veinticuatro horas después.
Indultos sólo pueden ser emitidos por la Asamblea legislativa (Congreso) del estado. Los registros aparecen regularmente y cuidadosamente hechos, y los presos tratados tan bien y humanamente como sea posible con las disponibilidades actuales de la prisión. Cada prisionero tenía un petate para dormir y sentarse, pero había ningún otro mueble allí, y en algunas secciones el aire, por falta de una ventilación adecuada, era muy opresivo. Todos estaban desnudos de la cintura, o casi todos, y con la única excepción de un suizo desmoralizado—probablemente uno de los mercenarios de Maximiliano—por robar, nativos por nacimiento y sangre India. Precauciones contra revueltas o escape serían consideradas extraordinarias en cualquier otro país. Casi todos están ocupados en hacer sombreros de hoja de palma fina trenzada, por valor de unos dos dólares, o haciendo cestas de trabajo fino de estambre, etc., que pueden vender para su cuenta privada. Cuando entramos en cada celda, los prisioneros se levantaban e inclinaban respetuosamente, a un guiño del celador, y permanecían de pie hasta que salimos. Si el gobernador Vega, o el gobernador interino Cueva, tuvieran los medios a la mano, pronto tendrían una prisión mejor construida,
