hasta la misma Cumbre. Este pico, aunque anteriormente en erupción, había estado silencioso durante cuarenta años. Ahora, podemos ver pequeños chorros de humo o vapor de grietas saliendo de grietas cerca de la Cumbre, pero en ninguna cantidad considerable, y no hay ruidos u otras indicaciones de una erupción. Detrás de este primer pico a unas millas hacia el este, hay un segundo pico, llamado el pico Nevado, o el antiguo cráter. Esto ahora es totalmente silencioso.
Entre estos, pero al norte que los dos, y más abajo, está el cráter formado en agosto, 1869, desde el cual el humo ahora sale en volumen denso, pero no hay sonido de ningún tipo ni cualquier temblor acompaña la erupción. De hecho, todo este asunto es un misterio inexplicable. Las previas erupciones enviaron inmensos ríos de lava, y fueron acompañados por temibles rumores y terremotos. Esto, se inició en la noche, con un choque tan leve que apenas se sintió en la Ciudad de Colima, y continuó en la misma manera desde el 12 de julio de 1869 hasta el momento de nuestra visita. No sale lava, pero hay una descarga constante de rocas al rojo vivo, algunas de cuales pesan cientos toneladas, que son simplemente vomitadas fuera y ruedan montaña abajo: no lanzados al aire.
El ingeniero que fue enviado para examinarlo, hizo un informe completo, y a través de la bondad del gobernador Cueva, recibí una copia. Me inclino a la opinión que la manifestación actual sólo es preliminar, y la verdadera erupción, con descargas de lava y amplia devastación, está todavía por venir. En la actualidad, el volcán de Colima es el volcán mejor portado en el mundo—apacible, pero maravillosamente hermoso e inspira sobrecogimiento al espectador.
