Página:Páginas eslavas - Cuentos y narraciones (1912).pdf/72

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
70
Cuentos y narraciones

idénticas é idénticos derechos, se confiasen hasta los menores secretos.

No podía decirse que sus gustos fuesen los mismos puesto que la esposa del hermano mayor, de nombre Josefina, era amable, pero fría y reservada, mientras que su cuñada era de condición ale—gre y muy amiga de bromas, pero no obstante estas diferencias de carácter, que solo salían á la superficie en sociedad, jamás turbaba la discusión más pequeña el acuerdo perfecto en que vivían.

—No puede V. figurarse, me dijo en cierta ocasión Josefina, hablándome de la amistad que la unía con su cuñada, qué sentimiento más extraño y más incomprensible experimentamos la una para con la otra. Dicen que vivimos como si fuésemos hermanas, pero no es así. Yo he tenido tres hermanas y las quise de un modo distinto. Cuando por primera vez ví á Casimira—así se llamaba la cuñada—me pareció que sería un obstáculo para mi felicidad. No sé porqué se me antojaron conocidos los rasgos de su fisonomía, el metal de su voz y hasta alguna que otra de sus frases y de sus costumbres, me pareció que nos habíamos visto y querido en otra parte y que hasta alguna vez_habíamos vivido juntas. ¿Verdad que era raro? Pero aún lo es más el que Casimira, al conocerme, experimentase idéntica impresión. ¡Vaya V. luego á dudar de las simpatias! Cuántas veces no me ha sucedido idear un pasatiempo, una fiesta, con ánimo de sorprenderla y ocurrirsele á ella idéntica idea para sorprenderme á mí. No nos hemos separado jamás y creo que semejante cosa gería para nosotras una desgracia grandísima, puesto que podríamos morir estando separadas... No tiene V. idea de cuánto nos hace sufrir este pensamiento, y por eso hemos tomado precauciones, nos hemos juramentado.

—¿Con que objeto?